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"Al Oeste de The Oyster se encuentra la tierra de Apoikía. En este territorio no son necesarias las banderas, la única seña de identidad consiste en un himno o cántico que usan para mantenerse unidos, como elemento de cohesión cultural. Es un lugar repleto de densos y oscuros bosques, tal es el tamaño de sus árboles y la espesura del follaje que muchas zonas, ocultas en la noche de las sombras desde que se puede recordar, no han sido exploradas todavía. Existen dos lugares característicos en esta comarca: 
Al Norte, próximos a las riberas de los Cuatro Ríos, se alzan imponentes los Árboles de Plata. Con sus colores grisáceos y sus caprichosas formas junto con la luz del Sol en la aurora y el ocaso, dan lugar al más bello de los fenómenos que se pueda contemplar. Entre sus sólidos troncos parecen correr ríos de plata dando nombre a la Linde de las Perlas, que comúnmente es utilizada como lugar de retiro y meditación.
En el Sur se encuentran las colinas oscuras, que se presentan como una pieza fundamental de la cultura apoikíana siendo el lugar donde moran las almas de los caídos y el destino de todos aquellos que deciden al final de sus vidas pasar al plano de los espíritus.
El Oeste de Apoikía se encuentra protegido de forma natural por inmensos acantilados y farallones que proporcionan entre sus recodos la protección perfecta para la construcción de puertos además de ser el lugar ideal para la pesca de infinidad de especies. Los acantilados del Oeste son considerados un lugar de culto para los habitantes de esta tierra por ser sitio más occidental con tierra firme que se conoce y por las espectaculares puestas de Sol que pueden contemplarse.

 

La raza que puebla la tierra de Apoikía se conoce como Väri, y sus orígenes se remontan a los primeros días, cuando en los albores de la creación nacieron las montañas, los ríos, y las estrellas. Su estrecha relación con la naturaleza y sus vastísimos conocimientos sobre ésta motivan la relación casi simbiótica que mantienen con el bosque, pues además de obtener de él todos los recursos necesarios para la vida, se sienten responsables de su cuidado a todos los niveles. 
Los Väri son seres con apariencia humana que no envejecen como el resto de especies sino que su cabello, negro azabache al nacer, se torna grisáceo con el paso del tiempo hasta convertirse en plateado. Fuertes pero esbeltos, oscuros de piel, con ojos del color del cielo en la mañana, tan gráciles y silenciosos que pueden desplazarse por el bosque con el sigilo de una sombra, son extremadamente pacíficos aunque potencialmente letales y se suelen mostrar reservados con los desconocidos, incluso en ocasiones hostiles debido al recelo con el que tratan de proteger el bosque de los extraños, si bien es cierto que una vez se gana uno su confianza se convierten en las criaturas más amables, hospitalarias y cariñosas que se pueda imaginar. No conciben la familia de forma convencional, pues viven en comunidades en las que todos los miembros se consideran parientes entre sí, ostentando además, gracias a la inexistencia de propiedades y líderes, el mismo nivel en el escalafón social.

Sienten atracción por el arte en todas sus facetas, por eso es conocida en todo el mundo su destreza en la elaboración de objetos de artesanía fabricados con materiales que se extraen del bosque y que, en ocasiones son imbuidos con propiedades mágicas. También son reseñables sus habilidades para la pintura y la música, sus creaciones trascienden todas fronteras avaladas por la profunda sensibilidad que encierran estos seres. Tal es la intensidad emocional de los Väri que eventualmente se da el caso de que alguna de estas criaturas muere a causa de la aflicción que le causa la ruptura de un vínculo que tenía con alguien muy cercano."

 

DESCRIPCIÓN DE PAULA Y HECTOR SOBRE SU TIERRA, APOIKÍA. 

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